Los conceptos de sociedad y educación están muy relacionados y por ello el objetivo del sistema educativo se dirige a proporcionar al alumnado una formación plena que le permita configurar su propia personalidad y desarrollar sus capacidades, en el respeto a los derechos y libertades fundamentales y los principios que rigen la convivencia en una sociedad democrática.
Este desarrollo armónico de la personalidad, por lo tanto, requiere del proceso de socialización, por la que se asimilan actitudes, valores y costumbres.
Se trata de un proceso de aprendizaje que se inicia con el descubrimiento de uno mismo a través del descubrimiento del otro, los primeros contactos y las primeras relaciones de comunicación. Un proceso donde los agentes intervinientes serán la familia, el entorno escolar, el grupo de amigos, el entorno ociocultural, los medios de comunicación.
En este proceso de construcción y maduración personal, de socialización y comunicación con los demás, va cobrando mayor importancia el grupo de iguales. Es en la adolescencia cuando especialmente el grupo de amigos/amigas constituye un gran referente.
Se trata de una etapa en la que se generan lazos más estrechos con el grupo de iguales, siendo necesaria la integración en un grupo. Las amistades, por lo tanto, contribuyen al desarrollo de la personalidad y al proceso de socialización e integración en la sociedad.