Trastornos del lenguaje y la comunicación

DSM5
El DSM5 (APA, 2020), establece entre los trastornos de origen neurológico los trastornos de la comunicación. Estos son: trastornos del lenguaje, trastorno fonológico, trastorno de la fluidez de inicio en la infancia (tartamudeo), trastorno de la comunicación social (pragmático) y el trastorno de la comunicación no especificado.
El trastorno del lenguaje supone dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje en todas sus modalidades, vocabulario reducido, estructuración gramatical limitada y deterioro del discurso. Las capacidades de lenguaje están notablemente y desde un punto de vista cuantificable por debajo de lo esperado para la edad, lo que produce limitaciones funcionales en la comunicación eficaz, la participación social, los logros académicos o el desempeño laboral, de forma individual o en cualquier combinación. El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo.
El trastorno de la comunicación social supone dificultades persistentes en el uso social de la comunicación verbal y no verbal, deterioro de la capacidad para cambiar la comunicación de forma que se adapte al contexto o a las necesidades del que escucha, como hablar de forma diferente en un aula o en un parque, conversar de forma diferente con un niño o con un adulto, y evitar el uso de un lenguaje demasiado formal. Dificultades para seguir las normas de conversación y narración, como respetar el turno en la conversación, expresarse de otro modo cuando no se es bien comprendido y saber cuándo utilizar signos verbales y no verbales para regular la interacción. Dificultades para comprender lo que no se dice explícitamente. Estas deficiencias causan limitaciones funcionales en la comunicación eficaz, la participación social, las relaciones sociales, los logros académicos o el desempeño laboral, ya sea individualmente o en combinación. Los síntomas comienzan en las primeras fases del período de desarrollo
El trastorno de la comunicación no especificado se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos del trastorno de la comunicación que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas del funcionamiento. Pero que no cumplen todos los criterios del trastorno de la comunicación o de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos del desarrollo neurológico.
En el ámbito educativo, el artículo 73 de la LOMLOE, Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, reconoce a los alumnos con trastornos grave de la comunicación y del lenguaje como alumnos con necesidades educativas especiales. En este sentido la Resolución de 3 de octubre de 2022, de la Dirección General de Formación Profesional e Innovación, por la que se dictan instrucciones para la elaboración de los planes de actuación personalizados destinados al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo. Incluye en su anexo I el perfil de alumnado con trastornos graves de comunicación y el lenguaje como alumnos con necesidades educativas especiales no asociadas a discapacidad.
Desde el ámbito familiar hay que estar atento a signos de alarma tales como:
- Desfase entre nivel mental y comprensión y/o expresión.
- Ausencia de expresión verbal o expresión limitada a una docena de palabras más allá de los 30 meses.
- Habla totalmente ininteligible más allá de los 36 meses.
- Enunciados agramaticales de más de 3 palabras.
- Presencia frecuente de ecolalias y perseveraciones.