DEFINICIÓN Y SÍNTOMAS
La Real Academia Española, define escribir como la acción de representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie. Esta actividadrequiere la puesta en marcha de un conjunto complejo de funciones, desde habilidades psicomotoras (coordinación óculomanual, independencia segmentaria brazo-muñeca-mano, coordinación de la prensión y la presión), neurocognitivas, en el que intervienen distintas funciones cerebrales: lingüísticas, visoespaciales, ejecutivas (atención, planificación, autocontrol, memoria de trabajo), así como factores emocionales.
Desde que el niño comienza a realizar los primeros trazos intencionados hasta que consigue un completo control óculo-manual, hay un largo proceso. En la evolución del grafismo, se observa un lento dominio de la coordinación viso-motora; hasta los 4 años el niño no diferencia entre dibujo y escritura. La adquisición de la forma de las letras se completará durante el aprendizaje al que se expone al niño durante su escolaridad, siendo los 7 años una edad crítica para diferenciar retrasos madurativos de dificultades de aprendizaje.
La Disgrafía se define como una alteración neuropsicológica que afecta a la calidad de la grafía y el trazo, que provoca retrasos y alteraciones en el aprendizaje de la escritura. Dependiendo de las funciones alteradas, presentará distintas dificultades que pueden afectar a la recuperación de la memoria de la forma de las letras y de las palabras, a la organización visoespacial, o al acto motor de la escritura.
Las Dificultades visoespaciales, afectarán a:
- Discriminación de la forma del grafema y espacio entre las letras.
- Organización de las palabras en la página y en la direccionalidad izquierda-derecha.
- Ajustarse a una pauta de escritura y respetar los márgenes y renglones.
- Otros aprendizajes como es la copia de dibujos o la interpretación de mapas.
Las Dificultades motoras finas repercutirán en:
- Prensión correcta del lápiz.
- Postura corporal inadecuada, e independencia segmentaria hombro-brazo- muñeca-mano-dedo alterada.
- Otras habilidades se verán también afectadas, como el manejo de cubiertos, hacer lazada, colorear, cortar con tijeras,…
Las Dificultades en funciones ejecutivas (atención, control inhibitorio, memoria de trabajo), supondrán:
- Dificultad para iniciar cualquier actividad, también la escritura, o mantener la atención necesaria para el desarrollo y finalización de la tarea.
- Que no recuerde la consigna, ni sepa qué tiene que escribir.
- Sea impulsivo, no realice un adecuado control del movimiento.
- Haga frecuentes tachones y errores.
- La presentación de los cuadernos sea muy deficitaria.
La presencia de dificultades lingüísticas afectará principalmente al contenido, manifestándose en problemas para para plasmar ideas en el papel de forma organizada, secuenciar adecuadamente un discurso narrativo, diferenciar ideas principales de otras secundarias, etc.
Por tanto la Disgrafía se puede conceptualizar como:
Alteración de la calidad de la grafía y el trazo. Es decir, está alterada la forma de plasmar los signos que representan a los sonidos (grafía), así como las diferentes partes de delineación de las letras o palabras (trazo).
CLASIFICACIÓN DE LAS DISGRAFÍAS
- Disgrafía Evolutiva.
- Disgrafía dispedagógica.
- Disgrafía Motora.
- Disgrafía del Desarrollo.
Disgrafía Evolutiva: Alteración de la calidad de la grafía y el trazo, como resultado de una falta de maduración de las estructuras corticales y/o motrices que intervienen en este proceso y/o falta de entrenamiento en dichas habilidades. Supone una cronopatía y el pronóstico de la misma es favorable, ya que dicha alteración tenderá a desaparecer conforme se vaya produciendo la maduración del individuo y se vaya entrenando en este tipo de tareas.
Disgrafía Dispedagógica:
Alteración de la calidad de la grafía y el trazo, como resultado de un inadecuado proceso de enseñanza bien por emplear metodologías inapropiadas y/o por incidir en determinados aprendizajes a edades inapropiadas.
Disgrafía Motora: Alteración de la calidad de la grafía y el trazo, como resultado de una disfunción temporal o permanente de las estructuras fisiológicas que intervienen en el acto motor implicado en la escritura.
Disgrafía del Desarrollo: Alteración de la calidad de la grafía y el trazo, como resultado de una afectación neurológica específica y persistente a nivel de conectividad de algunas de las vías, canales o áreas corticales implicadas en el proceso escritor. A diferencia de lo que ocurre en la Disgrafía Evolutiva, la maduración o entrenamiento del individuo no garantiza la desaparición de las alteraciones.
DIAGNÓSTICO DE LA DISGRAFÍA
El diagnóstico del tipo de disgrafía, así como la intervención sobre la misma, dependerá de su etiología, encontrándonos con situaciones muy diversas, que pueden ir desde incidir en el proceso escritor a través de la práctica continuada, hasta buscar medidas compensadoras dejando al margen la “rehabilitación” de dichas habilidades.
En el contexto clínico, el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) la considera como un trastorno específico del aprendizaje que afecta a la expresión escrita. Contempla la posible presencia simultánea de otros trastornos específicos del aprendizaje (lectura y matemáticas). Y define criterios de afectación que van de leve, a moderado y a grave.
Para el diagnóstico psicopedagógico de Disgrafía, se tiene en cuenta los siguientes criterios:
- Tener una edad mental superior a 7 años.
- Desfase de más de dos años respecto a sus iguales en la representación grafémica de las palabras (disgrafía) que hacen la escritura ilegible. Puede ir unida a evidentes errores ortográficos (disortografía).
- Bajas puntuaciones (por debajo del percentil 16) en pruebas estandarizadas de expresión escrita. Por ejemplo PROESC-R, Inventario Disgráfico Analítico (IDA), T.A.L.E., PROESCRI, son algunas de las pruebas psicopedagógicas más utilizadas para la evaluación de las dificultades en la escritura.
- Estas dificultades no se explican por una inadecuada estimulación cultural y de instrucción escolar.
Los síntomas, que aparecen al inicio de la escolarización y suelen ir en aumento a medida que ésta avanza, son:
- La escritura le supone mucho esfuerzo
- Escribe más despacio que la media de la clase.
- Le cuesta seguir la pauta.
- Falta de uniformidad en el trazo que varía constantemente, así como el tamaño de las letras dentro de la misma palabra o párrafo.
- Estas dificultades aumentan cuando se le exige que escriba rápido o aumenta la cantidad de escritura.
- Dificultad en el control de los instrumentos de escritura (lápiz, bolígrafo, colores,…).
- Alteraciones en el tono muscular de la mano (excesiva rigidez o laxitud)
- Posturas incorrectas al sentarse frente a la mesa a escribir.
Repercusión en el aprendizaje:
Al igual que ocurre con la lectura, la escritura es una competencia básica en el medio escolar, por lo que las dificultades en dicha habilidad tienen una repercusión directa sobre el rendimiento académico del alumno, para el que la expresión escrita supone un hándicap en el proceso de aprendizaje y en la demostración de lo aprendido a través de exámenes escritos. La fatiga originará dificultades de atención que a su vez dificultarán seguir el ritmo del aula. Los sentimientos de frustración y baja autoestima pueden desencadenar desmotivación hacia el estudio e incluso abandono escolar, así como problemas de conducta.
Respecto a la intervención, como hemos apuntado anteriormente, dependerá del origen de la conducta disgráfica. En los inicios de la lectoescritura, es normal que muchos niños/as manifiesten conductas disgráficas hasta que consiguen el dominio de la pinza trípode dinámica (aspecto que se logra hacia los 5 años, de ahí que no sea recomendable un uso continuado y sistemático de los útiles de escritura en edades más tempranas hasta haber consolidado las habilidades preescritoras como la disociación de la cintura escapular, codo, muñeca, fuerza de prensión y pinza estática). La intervención en estos casos, es simplemente dejar que maduren las estructuras corticales que intervienen en este proceso.
En ocasiones, son los propios métodos de inicio y acceso a la escritura los que pueden ocasionar un problema disgráfico, cuando, como apuntábamos anteriormente, se inician en edades donde el alumno/a no está preparado para tal proceso. En esas ocasiones y ante la “necesidad” de hacer tales actividades, los niños adoptan patrones motores incorrectos que llegan a enquistarse y provocan en lo sucesivo, pautas erróneas que pueden derivar en disgrafías.
Otras veces, la disgrafía va asociada a un problema de coordinación dinámica global y/o manual, cuya intervención dependerá del grado de corrección que permita dicho problema.
Así pues, el análisis de la etiología es crucial para elaborar el programa de intervención. Existen alteraciones disgráficas que podrán ser fruto de reeducación y otras que deberemos compensar. En el caso de la disgrafía del desarrollo (cuya base tiene un origen neurológico, como en el caso de la Dislexia, TANV o TDAH), la intervención será compensadora fundamentalmente. Por otro lado el uso de TICs y estrategias metodológicas compensadoras, harán que el alumno pueda responder a las demandas escolares adaptando las tareas a las características de la dificultad de aprendizaje que presente el alumno/a. En estos casos, no nos centraremos tanto en que el educando vaya superando sus dificultades, como en que pueda, con las medidas y ayudas necesarias, realizar las mismas actividades que el resto de sus compañeros, con las adaptaciones necesarias.